Antonio Abreu Rodríguez
Hablar sobre terremotos es hablar de un tema importante, que
generalmente no despierta suficiente interés colectivo, hasta que se produce
algún evento sísmico que pueda ser percibido por un número considerable de
personas.
En nuestra isla hemos experimentado grandes terremotos que
han generado daños de extrema importancia. Uno de los más recordados fue el
ocurrido en el año 1946, registrado en la zona costera de Samaná con una
magnitud de 8.0 en la escala de Richter. Este sismo se recuerda por el maremoto
que produjo la muerte de cientos de personas en la zona de Matanzas de Nagua.
El terremoto de Haití 2010 estará impregnado de manera
indeleble en la memoria de esta generación por la estela de destrucción y muerte
que dejó el citado evento en nuestro vecino país.
También recordamos el sismo del año 1562 que destruyó las ciudades
de La Vega y Santiago. Así como otros eventos que han generado importantes
daños en las ciudades de Santo Domingo, Azua, San Juan y Puerto Plata, entre
otras; en la parte este de la isla. Así como en Cabo Haitiano, Puerto Príncipe,
Port de Paix, Ford Liberté, Mort Sant-Nicolas, en la parte Oeste.
La configuración geológica de la isla Hispaniola, compuesta
por un sistema de fallas y ubicada al norte de la placa tectónica del Caribe en
la parte que interactúa con la placa de Norteamérica, explica la alta actividad
sísmica registrada en el país a partir de la llegada de los españoles en el
siglo XVI.
Se conoce como placas tectónicas al conjunto de fragmentos de
rocas sólidas que forman la litósfera. La superficie terrestre es un
rompecabezas de placas que interactúan entre sí en forma de empujes y rozamientos,
que generan poderosos procesos capaces de formar montañas y transformar
paisajes. Durante esos procesos generalmente ocurren también los terremotos.
Una falla geológica es una fractura en la corteza terrestre
que la divide en bloques. Generalmente se encuentran ubicada dentro o cerca de
los límites de las placas tectónicas. Así las fuerzas terrestres actúan dentro
de la zona de falla y los bloques rocosos a ambos lados de ellas tienden a
desplazarse.
La Falla de Bonao, un
monstruo que duerme.
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La falla de Bonao (BFZ) es una falla de trazo curvo cóncavo
hacia el este que se extiende desde la cordillera Central hasta el valle del
Cibao.
Si ubicamos tres puntos para definir el trazo de la falla en
el municipio de Bonao, el primero estaría ubicado en el malecón de los Quemados,
en el cauce del rio Yuna; tendríamos un segundo punto ubicado a cuatro
kilómetros al oeste del parque Duarte, al pie de la cordillera Central (esto es
a dos kilómetros al oeste del rio Yuna en esa misma dirección). El tercer punto
lo tendríamos en la autopista Duarte, en las proximidades a la intersección con
la carretera del Abanico de Constanza.
Lo anterior indica que todo el municipio se encuentra ubicado
a menos de diez kilómetros de la citada falla, incluyendo una gran cantidad de
comunidades que se encuentran a menos de cinco kilómetros, en la franja que se
conoce en el Reglamento Sísmico Dominicano como Campo Cercano.
En la franja de Campo Cercano se encuentran todas las
comunidades que están ubicadas al oeste de la calle Duarte, desde la calle la
Privada hasta su encuentro al norte con la Autopista Duarte.
Esto indica que sectores como el Bagrícola, Prosperidad,
residencial Jacaranda, La Urbanización Falconbridge, el centro de la ciudad,
así como el barrio Puerto Rico y Villa Liberación se encuentran en la franja de
Campo Cercano.
También se encuentran en dicha franja algunos sectores
ubicados al este de la calle Duarte como son: en el Reparto Yuna el área adyacente
a la calle Duarte, el Mejoramiento Social, así como los sectores comprendidos
entre la avenida Profesor Juan Bosch(Libertad), la calle España y la calle Duarte, incluyendo toda la avenida
Isabel La Católica y parte del Residencial San Pablo en la parte norte de la
ciudad.
En la parte sur se encuentran ubicadas en la franja de Campo
Cercano las comunidades de Los Jardines, barrio La Fe, barrio Cristo Rey,
barrio Máximo Gómez, así como el Residencial Samantha, entre otros.
El reglamento sísmico dominicano instruye a los ingenieros
estructuralistas a aumentar los requerimientos de esfuerzos a los que se
someten las estructuras que se encuentran ubicadas en campo cercano. Esto es,
las estructuras que se encuentran a cinco kilómetros o menos de una falla
geológica.
La actividad sísmica en la falla de Bonao o próximo a ella,
en los últimos veinticinco años ha sido discreta. En el navegador de terremotos
del portal ds.iris.edu se puede constatar que en este lapso ha registrado un
total de dieciocho sismos con magnitudes desde 1.5 hasta 4.3 en la escala de
Richter. En ese tiempo otros sismos se
han registrado dentro de la provincia de
Monseñor Nouel, un total de diecisiete, de los cuales los más importantes
ocurrieron en el municipio de Piedra Blanca; uno de magnitud 5.2 ocurrido el 24
de abril del año 1996 y otro el día 8 de junio del año 2007 de magnitud 5.0.
Un tema importante al hablar de sismos y su posible impacto
en las comunidades que afectan tiene que ver con el tipo de suelo sobre los que
se construyen las estructuras. En la ciudad de Bonao tenemos suelos blandos, es
decir que nuestras edificaciones no están cimentadas sobre rocas sino más bien
sobre suelos compuestos por gravas, arenas, limos y arcillas.
Estos suelos tienden a amplificar los efectos sísmicos como
se ha evidenciado a partir del sismo de México (1985) en el cual edificios
ubicados a una distancia cercana a los 300 km del epicentro presentaron daños
severos.
Otro efecto agregado de este tipo de suelos es el fenómeno de
la licuefacción de suelos, cuando el nivel freático se mezcla con los suelos
atribuyéndoles características de líquido pesado que lo convierte en uno de los
efectos más dramáticos y destructivos relacionados a los eventos sísmicos.
En conclusión, en Bonao tenemos nuestra falla geológica,
estamos emplazados muy cerca de la misma y sobre suelos blandos, incluyendo
zonas ubicadas en lugares donde el nivel freático está muy próximo a la
superficie. No sabemos cuándo ocurrirá un sismo moderado o alto, pero la
ciencia nos indica que las condiciones están dadas para que en cualquier
momento despierte un monstruo que duerme y si las autoridades y los ciudadanos
no comenzamos a tratar este tema de una manera responsable y comprometida, las
consecuencias serán irremediablemente devastadoras.
Referencias:
https://ospl.ipl.edu.do/blog/temblor-ml-4.1-del-miercoles-2-de-agosto-muestra-evidencias-de-actividad-sismica-en-la-falla-la-guacara-bonao-vertiente-sur (Lectura 23/02/2023)